Editorial del periódico Revolución
Organo del Partido Comunista de Colombia (Marxista Leninista)
Edición número 482 de abril de 2001

Paz, Convención y lucha popular

Mientras Pastrana y sus amos de Washington hablan de paz hacen una política contra la paz. Esto ha provocado mayor indignación y lucha popular por justicia social y soberanía nacional. Hay nuevos combates de la guerrilla y respuestas firmes del ELN ante el saboteo oficial a los acuerdos para la zona de encuentro donde se realizaría la Convención Nacional.

Como en todo el continente, en Colombia la renegociación o ajustes a los acuerdos con el FMI siguen su marcha, presionados por los planes imperialistas de globalización neoliberal que destacan la constitución del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, ALCA, en el 2005.

Dan cuenta de esto los proyectos de ley y resoluciones ministeriales que facilitan más el saqueo de nuestros recursos naturales y el incremento de la dependencia de la «deuda eterna», que reducen más el gasto en educación, salud y seguridad social, vía restricción fiscal que ahoga más los municipios y departamentos, ataques a convenios laborales especialmente en el sector estatal—, la epidemia de los despidos y el desempleo, la cascada de alzas en los servicios públicos, entre otras graves consecuencias.

La paz que se busca a la luz del fascistizante Plan Colombia diseñado por los yanquis invasores-no pasa por la justicia social y la libertad política para el pueblo. Por otra parte, a pesar de existir un compromiso público ratificado ante la opinión internacional-de asegurar la zona de despeje para la Convención Nacional convocada por el ELN, Pastrana dilata su cumplimiento y abiertamente lo sabotea.

Antes, los saboteaba con sus paramilitares; ahora, le agrega una operación de envergadura del ejército legal contra los destacamentos guerrilleros Elenos en el Sur de Bolívar, escogido como zona de despeje.

La inyección de recursos bélicos y presupuesto vía Plan Colombia ha subido los humos a las Fuerzas Militares, aunque no dejan de sufrir golpes de la insurgencia, y su Comandante llama estas acciones ofensivas contra el ELN «importante paso en la creación de condiciones para los diálogos y el despeje».

Con suficientes razones, el Comando Central del ELN en varias oportunidades— ha suspendido conversaciones y aplazado citas para denunciar los graves hechos de la doble moral del gobierno y el imperialismo, ante los cuales Pastrana y su Comisionado de Paz guardan silencio o tratan de negar la gravedad de los hechos que han llevado a los compañeros del ELN a asumir esta posición revolucionaria digna y políticamente correcta.

El envalentonamiento fascista del trío Uribe Vélez-Castaño (AUC)-Visbal Martelo, promocionado por todos los medios masivos, y las órdenes del alto mando de las FFAA a las AUC de arreciar ataques terroristas contra el pueblo, han sido respondidos con importantes acciones de masas como las de Barrancabermeja y combates de las insurgencia a las bandas paramilitares, donde destacamos la unidad de acción entre el EPL y el ELN.

El panorama de la paz, de parte del establecimiento y sus auxiliadores, quiere reducirse al tema del «intercambio humanitario» de policías y militares por guerrilleros presos, el fin del secuestro e imposiciones económicas a oligarcas e imperialistas, al cese de fuego o «disminución de hostilidades» y a la renuncia a la lucha popular a cambio del uso de la concertación o pacto social.

El combativo Paro Nacional del 22 de marzo pasado y posteriores acciones masivas de protesta, dejan más clara la disposición de pelea de los trabajadores, de pobladores de populosas barriadas, de los jóvenes estudiantes, campesinos e indígenas.

El movimiento sindical — a pesar de los oficios de algunos burócratas pastranizados— no ha caído en la celada de las mesas de concertación convocadas por el Ministro del Trabajo, socialdemócrata Angelino Garzón, que ha tratado de proyectarse como garante de la solución a los efectos de las medidas del FMI, más no como opositor a ellas, lo cual le permitió ser ministro consentido de Pastrana, el alto clero y toda la oligarquía. Todo indica que en las manifestaciones del Primero de Mayo veremos una nueva demostración de avance de la decisión obrera y popular de seguir consolidando y ampliando espacios unitarios y fortalecer y multiplicar sus organizaciones para continuar la lucha por sus intereses y contra Pastrana, el FMI y el Plan Colombia que resumen la ofensiva del imperio del norte.

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