Lucha No. 95
Noviembre 2005
Órgano de Difusión del Partido Comunista del Trabajo - PCT

Por la Unidad Revolucionaria

Los Partidos, de los Trabajadores Dominicanos, PTD Ml y Comunista del Trabajo, PCT, hemos arribado después de varias discusiones y de un largo trecho de relacionamiento en las luchas populares y políticas, a un acuerdo político que esperamos contribuya a ampliar los cauces para lucha popular y revolucionaria en nuestro país. El contenido del mismo es el siguiente:

Acuerdo Político

1. Los Partidos Comunista del Trabajo (PCT) y de los Trabajadores Dominicanos (PTD, ml), tras varias rondas de intercambios políticos, hemos contactado coincidencias fundamentales en la visión de la coyuntura histórica de la revolución dominicana y la valoración de los cambios que se han producido en la sociedad dominicana y el mundo en los últimos 25 años.

2. Los cambios socio-económicos, políticos y culturales ocurridos en las últimas décadas que han reforzado el modelo de explotación capitalista en República Dominicana, si bien han afianzado la limitada democracia representativa que se manifiesta en la celebración de elecciones y relevo presidencial cada cuatro años, no han evitado que mas del 80% de la población dominicana esté sumergida en la pobreza y cerca de dos millones padezcan el lastre del analfabetismo debido al carácter excluyente y explotador del régimen social y económico prevaleciente.

3. Así mismo se destaca la debilidad e inoperancia de las instituciones político-jurídicas, lo que permite la impunidad y monopolio de las decisiones por una minoría de familias y consorcios empresariales.

4. Ha mermado la soberanía nacional con la intervención abierta de la embajada norteamericana y de los organismos financieros internacionales y demás mecanismos imperialistas en los asuntos internos, incremento de la deuda externa, privatización de la mayoría de empresas estatales e imposición de un modelo socioeconómico basado en el incentivo y predominio de los sectores de servicio, actividades financieras y especulativas, la economía informal, las importaciones, en desmedro de los sectores productivos nacionales.

5. Esta realidad nos plantea en el plano de las luchas y banderas programáticas, la conquista de la democracia participativa, defensa de la soberanía nacional y el progreso incluyente como las tareas prioritarias del proceso revolucionario dominicano en la presente etapa, sin renunciar nuestras organizaciones a los objetivos estratégicos de construir el socialismo y el comunismo, bajo la dirección revolucionaria de la clase obrera y su partido proletario marxista leninista.

6. Entendiendo que la tendencia predominante de la situación política nacional es hacia el mantenimiento de la precaria institucionalidad burguesa, asumimos como necesaria la lucha por reformas y cambios progresistas, apoyándonos en la movilización de masas, la resistencia cívica y la lucha parlamentaria, sin descartar ningún método de lucha que impongan las cambiantes circunstancias, aconsejen los principios éticos y nuestras concepciones marxista-leninistas.

7. Reiterándonos en el principio revolucionario de que las masas populares son las protagonistas de la revolución, la organización, educación y movilización política y reivindicativa de las mismas es una tarea permanente y eje fundamental de nuestra estrategia de acumulación de fuerzas, lucha por el poder y liberación nacional.

8. El PTD ml y el PCT, comparten una política coincidente de critica y combate a las cúpulas de los tres partidos tradicionales (PLD, PRD, PRSC,), considerándolos representantes políticos de la gran burguesía criolla e imperialista, clases sociales que monopolizan las riquezas que genera nuestro pueblo, acaparan el poder político, aliadas históricas del poder extranjero y principal obstáculo al desarrollo económico, el bienestar y la democracia.

9. Valorando que el PCT y el PTD m-l mantienen relaciones de respeto y hermandad forjadas en la convivencia de nuestra militancia y los combates de clase; que luchan por la liberación nacional y el socialismo, con una larga trayectoria de combate al oportunismo, con lectura coincidente del momento político que vive el proceso revolucionario local e internacional y de las tareas que debemos emprender en esta fase, nos comprometemos a afianzar todo lo positivo que hemos acumulado en nuestras relaciones, a proyectar nuevos niveles de hermandad, entendimiento y compromisos estratégicos para perfilar mayores estadios unitarios entre nuestros dos partidos y sectores progresistas y revolucionarios del pueblo dominicano, por lo que pactamos el siguiente Acuerdo Político:

9.1. Aspectos Generales:

a) Nos comprometemos a normar nuestras relaciones políticas en base al respeto mutuo, la colaboración recíproca y la solidaridad revolucionaria.

b) Fomentaremos la convivencia fraterna y entendimiento camaraderil entre la militancia de las dos organizaciones en el espíritu de forjar una cultura unitaria que se proyecte hacia todo el movimiento, sin menoscabo del derecho a disentir y a la crítica y la autocrítica que deben regir las relaciones de principio entre los/as revolucionarios/as.

c) Este acuerdo Político no limita las relaciones bilaterales, ni la firma de pactos de ninguno de los suscribientes con otras organizaciones, siempre que los mismos no contravengan la naturaleza de éste.

9.2. Política Unitaria:

a) Este esfuerzo unitario se inspira en el corto y mediano plazos, en la decisión de edificar una estrecha coordinación a todos los niveles de las dos organizaciones y hacer aportes significativos a la construcción de una dirección revolucionaria unitaria en la República Dominicana, cuyas características serían determinadas en el curso del proceso.

b) El PCT y el PTD ml comprometen sus humildes recursos y experiencias a fortalecer y proyectar la Unidad del Pueblo como embrión de una estrategia y proyecto unitario de amplia cobertura política y social que aglutine las reservas progresistas y de izquierda del pueblo dominicano; conquiste el poder y construya una nación soberana y democrática.

9.3. Trabajo de masas:

a) Trabajaremos junto a las demás organizaciones revolucionarias y sectores progresistas por la reestructuración y recomposición de las organizaciones de masas; por una coordinación popular sustentada en la representatividad y legitimidad que otorgan los grupos de base. Por una práctica negadora de la manipulación y el burocratismo; que practique la democracia en la toma de decisiones; diversifique las formas organizativas, los métodos de lucha y combine los procesos de movilización con esfuerzos de organización y formación de conciencia social crítica y revolucionaria.

b) Fomentar una cultura unitaria en el movimiento social y frente a las demás organizaciones revolucionarias, con las cuales trataremos de elaborar posiciones comunes mediante discusiones bilaterales y multilaterales.

c) Coordinar y/o apoyarnos de manera recíproca, en los principales eventos y actividades de masas (jornadas educativas, eventos culturales, procesos organizativos y luchas) que impulsen ambas organizaciones, principalmente en el movimiento juvenil-estudiantil, barrial, magisterial, sindical y campesino.

d) Nos comprometemos a discutir para apoyarnos o apoyar a otros sectores progresistas, (con participación de los/as camaradas del frente correspondiente), en los escenarios de masas compartidos por las dos organizaciones, siempre en un espíritu de solidaridad, hermandad, respeto y transparencia.

e) Establecer un programa de actividades que garantice el acercamiento, confraternidad e intercambio de experiencia de los/as camaradas de nuestros partidos especializados en el trabajo de masas e impulsar una especie de plataforma que permita a nuestras corrientes expresarse y actuar juntas en el movimiento de masas, sin avasallar a nadie.

f) En términos inmediatos tomaremos las medidas necesarias para avanzar hacia la coordinación y posterior unificación de una parte o todo el trabajo que realizamos en el frente juvenil y magisterial.

9.4. Tareas de Formación:

a) Entendiendo la importancia de los procesos de formación en la construcción de la organización revolucionaria y la lucha revolucionaria de la clase obrera y los pueblos oprimidos, decidimos en esta área lo siguiente: -Realizar encuentros coyunturales para discutir temas de interés político. -Organizar actividades de debate y formación en el movimiento de masas. -Intercambiar delegaciones en las actividades de nuestras respectivas escuelas de formación política. b) Tomando como punto de partida las actividades enunciadas anteriormente nos comprometemos en un tiempo prudente inaugurar la primera fase de la escuela política común.

9.5. Relaciones y Solidaridad Internacional:

a) Apoyarnos mutuamente en el trabajo internacional para lo cual:

- Haremos lo posible para fijar posiciones comunes frente a los acontecimientos trascendentes que ocurran y en los eventos en que nos dispongamos participar.

- Esforzarnos por enviar delegaciones comunes a eventos internacionales.

- Prestarnos solidaridad en los escenarios internacionales colocando los recursos de una de las organizaciones al servicio de la otra cuando fuere necesario.

- Trabajar por la constitución de espacios de solidaridad más eficientes y en el que puedan converger el mayor número de sectores progresistas y revolucionarios posible.

- Establecer una Comisión Común para discutir asuntos internacionales y hacer propuestas que sean ejecutadas unitariamente.

En el Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los Veintisiete (27) días del mes de Septiembre del año 2005.

Firmado:

El Comité Central del PCT
Manuel Salazar
Secretario General

Comité Central PTD, ml
Iván Rodríguez
Presidente


Opiniones sobre el Acuerdo Político entre el PCT y el PTD

Por Francisco Caraballo*

Me parece muy positivo el Acuerdo que se ha firmado en fecha reciente, porque despeja una perspectiva interesante en el sentido de ampliar los espacios para la actividad que están desarrollando en dirección hacia objetivos comunes. Al respecto, van los siguientes comentarios:

1. Este logro político importante pone de manifiesto el acierto en la combinación de unas condiciones objetivas presentes en la realidad del país, con la voluntad decidida de conjuntar fuerzas y esfuerzos hacia propósitos comunes.

2. Se observa que en el plano internacional se están produciendo hechos é intenciones unitarias que conviene valorar y seguir de cerca, para derivar experiencias que pueden ser provechosas para el cumplimiento de las tareas orientadas a producir cambios en la situación, a favor de las mayorías que tradicionalmente han sido excluidas. Hay ejemplos recientes en España, en Francia, Ecuador, Brasil, Colombia que diferentes por su contenido y proyección marcan una tendencia interesante.

3. Es evidente que los desarrollos en la realidad de estos países muestra una mayor subordinación a los designios del poder de los Estados Unidos, el fortalecimiento de los grupos que determinan el rumbo de estos países y que usufructúan de la sobreexplotación de amplios sectores de la población, al tiempo que niegan las soluciones para los graves problemas sociales. Los grupos económicos poderosos ligados a las multinacionales se satisfacen con sus balances positivos, mientras que los que producen las riquezas se empobrecen más y más.

4. Es importante como parte de la lucha ideológica someter a severa crítica la falsedad de la democracia burguesa, no sólo por su propia naturaleza, sino porque ha sido tergiversada en aquellos elementos que tenían un sentido positivo para la lucha de los pueblos. La negación o el mayor recorte de libertades y derechos inherentes a la democracia liberal sirven de ejemplo.

5. En el Acuerdo firmado se observa la coincidencia en objetivos básicos, como son la soberanía, la democracia participativa y la solución para los problemas de las amplias masas de la población. Es claro que esos puntos imponen un desarrollo que exprese con claridad las alternativas que estimulen la lucha social para conquistarlos; pero el hecho de haber logrado un acuerdo básico es mus significativo porque marca puntos de partida y caminos a seguir.

6. En los procesos unitarios, claro está, se presentan diferentes niveles que se deben establecer con precisión, con el fin de evitar confusiones que pueden resultar negativas en el curso de la ejecución de las tareas conjuntas. Esto es importante especialmente cuando se abre la posibilidad de acercar otras fuerzas a las tareas unitarias.

7. La experiencia enseña que el fortalecimiento de la unidad se logra en la práctica de la lucha social y política o sea en la aplicación del programa común, que se convierte en el factor aglutinante. Por eso es indispensable dedicarle atención muy especial al cumplimiento de los compromisos y ejercer el control organizado de los planes y las tareas.

8. Es recomendable que los acuerdos y los compromisos unitarios tengan la mayor difusión ante los diferentes segmentos de la sociedad. Pero sobre todo es necesario que en el movimiento social se demuestra la consecuencia con la política unitaria, lo cual requiere en muchos casos flexibilidad, al servicio de los propósitos más importantes.

* Francisco Caraballo es un reconocido líder comunista y revolucionario colombiano. Cumple una larga condena como prisionero político, por lo cual se desarrolla en todos los continentes una campaña permanente a favor de su libertad. Antes de ser apresado, se desempeñaba como Primer Secretario del Partido Comunista de Colombia, Marxista – leninista y Comandante General del Ejercito Popular de Liberación, EPL.

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