Quito, julio 2001

Declaración del V Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina

La Conquista del Poder y las Formas de Lucha

La discusión respecto de la Conquista del Poder y las Formas de Lucha nos ha reunido -- en Quito, Ecuador -- a diversas organizaciones revolucionarias de América Latina y Europa en el V Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina. La discusión fue franca, abierta y fraternal.

Negando todas las afirmaciones que formulan las potencias imperialistas y la burguesía respecto de la consolidación del capitalismo como sistema, y de aceptar su política hegemónica como necesidad ineludible para el desarrollo de los países dependientes y el bienestar de los pueblos. La realidad muestra que se encuentra en curso un agravamiento de la crisis mundial del sistema capitalista que golpea duramente a nuestros países. Simultáneamente aumenta la violencia, la represión y la militarización del Estado. La única respuesta válida y definitiva para superarla está en la revolución de liberación social y nacional.

Los trabajadores y los pueblos, en todas las latitudes, arrecian en combates enfrentando la ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo y del capital monopolista a escala mundial. En América Latina tenemos la experiencia reciente de luchas obreras, campesinas, indígenas, estudiantiles, de levantamientos populares protagonizados por millares de hombres y mujeres de nuestros pueblos, ensayos de insurgencia y rebeliones populares como en Argentina y Bolivia, que incluso han derribado gobiernos reaccionarios como en Ecuador. En Colombia se sigue desarrollando la acción insurgente de los movimientos guerrilleros acompañada de una reactivación del movimiento de masas. Nos encontramos en un momento de reanimación de la lucha de los trabajadores y de los pueblos que, evidentemente, se expresa de manera distinta en cada una de las regiones y países.

Esta realidad urge a los revolucionarios la discusión y la asunción de medidas y acciones de lucha que permitan conducir el descontento y el combate de los trabajadores y los pueblos hacia la conquista del Poder.

Los partidos revolucionarios definen el carácter de la revolución de acuerdo con su análisis del tipo de formación económica-social de cada país. De acuerdo con esto, definen la táctica de la lucha social y revolucionaria, en un momento concreto y lo ligan con la estrategia, con el objetivo central de la revolución que es la conquista del poder. Formulan también la característica que adquiere la lucha armada revolucionaria en cada país. La existencia de leyes generales de la sociedad y de la revolución unifica nuestro combate y determinan la existencia de elementos comunes y obligatorios a ser tomados en cuenta para el triunfo de los procesos de transformación social.

Nuestra lucha pone al centro la conquista del poder, pues, sin él es imposible llevar adelante las transformaciones económicas, políticas y sociales necesarias para acabar con el capitalismo, con la opresión imperialista y construir la sociedad socialista.

Las organizaciones y partidos debemos disponer las fuerzas para desarrollar simultáneamente la lucha económica y la lucha política, al tiempo que se eleva la confrontación ideológica por el mundo nuevo.

Todas las formas de lucha que permitan socavar los cimientos del régimen imperante, desarrollar la conciencia de los trabajadores y de los pueblos y acumular fuerzas para la revolución deben concurrir en dicho propósito; tales como la lucha por el salario, la huelga en la fábrica, la toma de tierras, el control territorial, la lucha callejera, la participación electoral, la acción armada.

La utilización de las diversas formas de lucha están determinadas por factores objetivos y subjetivos, deben responder al momento concreto que atraviesa cada uno de los países así como al grado de desarrollo de las fuerzas revolucionarias y de la conciencia política de las masas.

Los revolucionarios tenemos la obligación de estudiar la experiencia histórica de la lucha de las masas y sintetizarla; de innovar, dominar y participar en las distintas formas de lucha y desarrollar la capacidad de combinarlas adecuadamente en función de las condiciones específicas y de las necesidades del movimiento.

Estamos convencidos que solamente la lucha armada revolucionaria conduce al poder, de manera que, las distintas formas de lucha deben apuntar al agudizamiento del enfrentamiento de clases, hacia las batallas finales que signifiquen el derrocamiento violento de la dominación del imperialismo y de los capitalistas y las clases dominantes locales.

"La violencia es la partera de la historia." A la violencia del imperialismo y de las clases dominantes que buscan mantener su sistema se enfrenta la violencia revolucionaria. La experiencia histórica nos ha demostrado que no hay otro camino seguro para el triunfo de la revolución que la acción armada de las masas.

Son las masas de trabajadores de las ciudades y campos, los pueblos, los protagonistas de la revolución. El poder debe ser conquistado y ejercido por esas masas dirigidas por el partido de vanguardia.

Las organizaciones firmantes, nos comprometemos con esta línea y asumimos la responsabilidad de trabajar por ella, para cumplir con honor el compromiso que tenemos con la clase obrera de cada uno de nuestros países y con la clase obrera y los pueblos a escala internacional.

Desde este Seminario Internacional reconocemos y saludamos la valiente lucha que vienen desarrollando los pueblos del mundo, y de manera particular nos solidarizamos con los combates que libran los pueblos de Colombia, Argentina, Ecuador, Perú y de Filipinas y Nepal en Asia, Burkina Faso en África; alzamos nuestras banderas en favor de la heroica lucha del pueblo palestino por alcanzar su liberación nacional y en contra de la dominación sionista-imperialista. Rechazamos el bloqueo impuesto por el imperialismo yanqui en contra de Cuba así como el embargo genocida y los frecuentes bombardeos en contra de Irak. Afirmamos el principio de soberanía y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

Nuestra lucha continúa y volveremos a reunirnos en el VI Seminario Internacional, para avanzar en el impulso de la revolución social.

Adhiere:

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