17 de Diciembre de 2004
Quito – Ecuador

Declaración Final del VIII Seminario Internacional, Problemas de la Revolución en América Latina

América Latina un cauce, un río, un volcán

Estimulados por el ascenso del combate de los trabajadores y los pueblos de América Latina y el mundo, las organizaciones que suscribimos la presente Declaración, nos hemos reunido en Quito, Ecuador, para compartir nuestra experiencia en el impulso de la acción política por llevar a la victoria la lucha emancipadora de la clase obrera y los pueblos.

Actuamos contracorriente enfrentando la ofensiva que el imperialismo norteamericano ha desarrollado en contra de los pueblos, con el propósito de afirmar su condición de potencia hegemónica, en disputa con otros imperialistas y bloques imperialistas por el control de mercados y zonas de influencia.

Apoyados en el uso de la fuerza militar los Estados Unidos y sus aliados amenazan y actúan contra los pueblos. Afganistán e Irak fueron las primeras víctimas de esta nueva embestida, pero la lista de objetivos político-militares es mayor, y abarca a países de todos los continentes. Sin embargo, el militarismo y la prepotencia intervencionista chocan con la resistencia, el combate y los efectos de la lucha de los pueblos. En Irak toma cuerpo una valiente guerra de liberación nacional, al tiempo que los Estados Unidos impulsan un ilegal proceso electoral con el que persiguen legitimar un supuesto régimen democrático; en Palestina, el pueblo lucha heroicamente por el establecimiento de un Estado Palestino, combate en contra del sionismo israelí, punta de lanza del gobierno de Washington en Oriente Medio; en Afganistán, así mismo, la resistencia avanza. En solidaridad con esos y otros pueblos, y en condena al militarismo yanqui, a nivel internacional se desarrolla un poderoso movimiento de masas que protesta.

Pero el olor de la pólvora yanqui no solo se expande en latitudes lejanas; en este hemisferio los planes intervencionistas siguen su curso. Los esfuerzos políticos y económicos para llevar a nuevos niveles la ejecución del Plan Colombia – Plan Patriota son insistentes; en varios países los Estados Unidos ha establecido bases militares y proyecta crearlas en otros sitios; los intentos desestabilizadores en contra de Cuba y del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela persisten, pero se chocarán con la resistencia de esos pueblos y de los de toda América.

En el objetivo de consolidar el control económico y político en esta región, para enfrentar su crisis y competir en mejores condiciones en el mercado mundial, el imperialismo norteamericano, en dura disputa con otros imperialismos, procura establecer y dirigir un mercado regional único al servicio exclusivo de sus empresas monopólicos. Para ello ha instrumentado el Área de Libre Comercio de las Américas ALCA y los Tratados de Libre Comercio. Pero sus pretensiones tropiezan con la acción de las masas, que obligaron desistir a los imperialistas y a las oligarquías serviles la ejecución del ALCA desde enero de 2005, tal como estaba previsto.

Es que los trabajadores y los pueblos no se resignan a la opresión y a la explotación, al hambre, al desempleo, a las infames condiciones de vida que les ha generado el capitalismo y la dominación extranjera. De la insatisfacción, de la queja y el grito han pasado a la protesta abierta, a la movilización parcial y general, a la acción reclamando sus derechos, exigiendo cambios sociales definitivos.

En América Latina hay efervescencia social, la conciencia de los pueblos y el movimiento de masas se desarrollan. Atrás quedó el tiempo del reflujo, hoy la reanimación y el avance de la lucha es la tendencia. El anhelo de cambio se profundiza y amplios sectores comprenden que éste no vendrá si no es con el esfuerzo, con la lucha de los pueblos.

Diversos acontecimientos confirman lo señalado. No hay país alguno que no haya sentido la movilización de las masas en su geografía. Las rebeliones y levantamientos populares en Ecuador, Argentina, Bolivia, los cortes de ruta, las paralizaciones sectoriales, regionales y nacionales, se alimentan de la combatividad de los trabajadores, de la juventud, del movimiento indígena, del campesinado, de los sin tierra, de los jubilados, de las mujeres, de los pequeños comerciantes, en fin… de todos quienes sufren los efectos de la política entreguista y antipopular, neoliberal y fondomonetarista. Esto sucede incluso en Chile, país mostrado como modelo de "viabilidad" del recetario neoliberal.

En la búsqueda del cambio social, en algunos países como Venezuela, Ecuador, Brasil y Uruguay, los pueblos han llevado a la victoria proyectos electorales democráticos y progresistas, aunque no todos ellos han sido consecuentes con el programa y las aspiraciones populares, más aún, algunos los han traicionado. Lo importante es que en ellos las masas vieron un mecanismo de resistencia a las oligarquías y a la injerencia extranjera, fueron y son intentos populares por conseguir soberanía, independencia, libertad, cambio social. En Venezuela el pueblo fue el artífice para el fracaso del golpismo dirigido desde los Estados Unidos, que buscaba (y lo sigue intentando) poner fin a un gobierno que ha defendido la dignidad de un país y de un pueblo, rechazando de manera frontal la política del imperialismo norteamericano. La lucha de masas, la acción política y el combate de las fuerzas insurgentes en Colombia en contra del gobierno pro-imperialista de Uribe cosechan triunfos y simpatía entre los pueblos.

En esas acciones, en esos combates hemos estado presentes las organizaciones revolucionarias, jugando nuestro papel político, entregando nuestra experiencia para el desarrollo de la conciencia, la organización y la lucha de los trabajadores y los pueblos. Hacemos esfuerzos para llevar a nuevos niveles la unidad popular en frentes de acción y lucha, en coaliciones electorales, en movimientos de solidaridad, en frentes políticos, con propuestas programáticas. Nuestra actividad apunta a afirmar el papel dirigente de la clase obrera, a ganar a las amplias masas para la revolución y orientarlas para ese propósito, trabajamos por acumular fuerzas revolucionarias. Enfrentamos a las clases dominantes y al imperialismo utilizando las más variadas formas de lucha en función de las necesidades y de las condiciones políticas que se han creado en cada uno de nuestros países.

En América Latina hay condiciones favorables para el desarrollo de la lucha de masas, para la acción de las organizaciones revolucionarias. Apoyados en la experiencia histórica del combate de la clase obrera y los pueblos, reafirmamos la validez del ejercicio de la violencia revolucionaria de las masas para la toma del poder.

La lucha de las masas en América Latina es un torrente más del combate que los trabajadores y pueblos desarrollan en Asia, África y Medio Oriente en contra de las potencias imperialistas. La acción de estos pueblos confluye con el combate del proletariado y de los pueblos de los países capitalistas desarrollados. Todas estas vertientes deben unirse en un gran Frente Antiimperialista, que más que una expresión organizativa, implique la lucha común de los pueblos, de los revolucionarios, los patriotas y demócratas. Nuestra tarea es derrotar la dominación imperialista y la explotación de las clases dominantes criollas, poner fin a los planes de guerra del imperialismo estadounidense, así como sus proyectos económicos. Defender nuestra soberanía, los recursos naturales, el medio ambiente y preservar la identidad cultural de los pueblos frente a la ofensiva ideológica, es tarea ineludible. Nuestra lucha es por el triunfo de la revolución, por la conquista del poder popular y el socialismo.

Una vez más unimos nuestra voz de aliento y solidaridad con todos los pueblos del mundo que luchan por el pan, la libertad y la revolución, y lo hacemos desde esta América Latina que es un volcán, no sólo por lo que vendrá, sino por lo que está aconteciendo. Los revolucionarios en este punto de la Tierra, lucharemos por estar a la altura de las circunstancias y cumplir la responsabilidad que nos ha impuesto la historia.

Partido Marxista Leninista de Alemania
Partido Comunista Revolucionario de la Argentina
Partido Comunista Revolucionario. Brasil
Partido Comunista Revolucionario de Alto Volta
Partido Comunista de Colombia (Marxista Leninista)
Partido Comunista de Colombia Maoísta
Movimiento por la Constituyente Popular – Colombia
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria)
Partido Comunista de los Trabajadores de Dinamarca
Partido Comunita Marxista Leninista del Ecuador
Movimiento Popular Democrático. Ecuador
Juventud Revolucionaria del Ecuador
Organización comunista octubre de España
Organización Ray O. Light de Estados Unidos
Partido Comunista de los Obreros de Francia
Partido Comunista de México Marxista Leninista
Partido Comunista Marxista Leninista de Perú
Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana
Movimiento Independencia Unidad y Cambio. República Dominicana
Partido Comunista Marxista Leninista de Turquía y Kurdistán del Norte
Partido Comunista Revolucionario de Turquía
Organización Utopía. Venezuela

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