Organizadora Marxista-Leninista
Noviembre 1997

¡Los Sindicatos Deben Ser Ganados al Marxismo-Leninismo!

Construir un Partido Comunista Genuino
en los Estados Unidos (Parte II)

La primera parte de este artículo trató con el objetivo inmediato en los Estados Unidos de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, también pidiendo de no respaldar a los dos partidos del sistema capitalista, los Demócratas y los Republicanos. Desde que la primera parte apareció en julio, hemos tenido discusiones, formal e informal, sobre estas cuestiones. Hemos recibido dos críticas principales de estos puntos de vista. Primero, se nos acusa de que citamos excesivamente a los clásicos del Marxismo-Leninismo. A esta acusación no solamente nos declaramos culpables, pero confesamos hacer esto más aquí. No vemos la necesidad para "reinventar la rueda," y pensamos que los grandes líderes del proletariado internacional pudieron hacer sus puntos más claramente de lo que podríamos. Sensiblemente reconoceríamos si nuestros críticos nos señalaran en cualquier parte que hemos tomados estas citas fuera de contexto, o las hemos aplicados incorrectamente a las condiciones actuales. Desafortunadamente, sin embargo, la mayoría de nuestros críticos prefieren ignorar lo que los líderes proletarios han dicho. Firmemente llamamos a nuestros críticos que se consideran Marxistas-Leninistas adoptar su profesa ideología más seriamente. También urgimos a aquellos que no son aún Marxistas-Leninistas pero apoyan la causa revolucionaria de la clase obrera que pongan algún esfuerzo en el estudio de esta ideología. Esperamos que este artículo será de alguna ayuda en este aspecto.

La secunda crítica, relacionada a la primera, es que nosotros creamos polémica con los puntos de vistas y práctica de los socialistas oportunistas dentro del movimiento de la clase obrera, especialmente el Partido Comunista y el Partido Mundo Obrero. A esto también nos declaramos culpables, y respondemos de nuevo con una cita: "Ya que hace falta unirse B escribiría Marx a los dirigentes del Partido [Alemán] --, pactad acuerdos para alcanzar los objetivos prácticos del movimiento, pero no trafiquéis con los principios, no hagáis 'concesiones' teóricas." (Lenin, ¿Que Hacer?, Capítulo I, Sección D.) Cualquiera que conozca nuestra práctica debe reconocer que no actuamos de una manera sectaria, que nunca hemos rechazado cooperar sobre los asuntos prácticos incluso con aquellos con quienes tenemos las más profundas diferencias ideológicas. Además, en toda nuestra agitación de masas, concentramos nuestro fuego sobre la clase dominante (aunque criticamos a los oportunistas cuando es necesario y relevante). Sin embargo, aquellos de nosotros que estamos luchando por una revolución proletaria en los Estados Unidos (y no solamente por una lucha contra los ataques capitalistas) debemos hacer lo máximo para luchar contra líneas y actividades oportunistas que se desvían de este objetivo. Es por esta razón que llevamos polémicas. De nuevo, firmemente les llamamos a nuestros críticos a examinar estas posiciones seriamente, y que tomen en cuenta la advertencia de Lenin que "la lucha contra el imperialismo, si no se halla ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo, es una frase vacía y falsa." (El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo, Capítulo X.)

Estamos presenciando el inicio de un nuevo renacimiento de la lucha sindical. Esto se evidencia por la huelga de UPS en agosto de este año, en la cual 185,000 obreros paralizaron a la más grande y más explotadora compañía empacadora de envíos por 15 días, principalmente sobre demandas en favor de los obreros de tiempo parcial con más bajo pago. Esto continuó con la huelga de los obreros de Tránsito de la Zona de la Bahía de San Francisco de California, la cual se centró sobre la demanda de eliminar el sistema de dos pagos desiguales. Esta lucha se produce después de algunos 25 años de disminución de los salarios reales, y cuando los capitalistas están preocupados que la tasa de desempleo, lo cual es oficialmente 4.9% en septiembre del 1997, es "demasiado bajo."

Esta nueva situación ofrece una apertura para los Marxistas-Leninistas atraer lo mejor dentro de la clase obrera. Pero no es suficiente solamente organizar a los obreros por sus demandas inmediatas. Es nuestro deber inyectar una perspectiva socialista revolucionaria dentro de la lucha de clases. Como Lenin dijo: "la espontaneidad de las masas exige de nosotros, socialdemócratas, una elevada conciencia."(1) Es la tarea de un partido comunista genuino colocarse al frente del movimiento obrero. Como Lenin señaló: "La historia de todos los países atestigua que la clase obrera, exclusivamente con sus propias fuerzas, sólo está en condiciones de elaborar una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar del gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc." Más adelante añadió que "el tradeunionismo implica precisamente la esclavización ideológica de los obreros por la burguesía. Por esto es por lo que nuestra tarea, la tarea de la socialdemocracia, consiste en combatir la espontaneidad, consiste en apartar el movimiento obrero de esta tendencia espontánea del tradeunionismo a cobijarse bajo el ala de la burguesía y atraerlo hacia el ala de la socialdemocracia revolucionaria."(2)

"En todos los países europeos, el socialismo y el movimiento obrero existían al comienzo separadamente. Los obreros luchaban contra los capitalistas, organizaban huelgas y sindicatos, en tanto que los socialistas se hallaban al margen del movimiento obrero, formulaban doctrinas que criticaban el actual régimen capitalista, el régimen burgués de la sociedad, y reclamaban su sustitución por otro régimen superior, el régimen socialista. La separación entre el movimiento obrero y el socialismo hacía que uno y otro fueran débiles, poco desarrollados: las doctrinas de los socialistas, no fusionadas con la lucha obrera, no pasaban de ser utopías, buenos deseos, que no ejercían influencia alguna sobre la vida real; el movimiento obrero seguía siendo limitado, fraccionado, no adquiría importancia política ni lo alumbraba la ciencia de vanguardia de su época. Por eso vemos que en todos los países europeos se manifestó cada vez con mayor fuerza la tendencia a fusionar el socialismo y el movimiento obrero en un movimiento social­demócrata único. La lucha de clase de los obreros se convierte, en virtud de esa fusión, en lucha consciente del proletariado por liberarse de la explotación a que le someten las clases pudientes, y se constituye la forma superior del movimiento obrero socialista: el partido obrero socialdemócrata independiente. La orientación del socialismo hacia la fusión con el movimiento obrero es el principal mérito de C. Marx y F. Engels: ellos crearon una teoría revolucionaria que explicaba la necesidad de esa fusión y planteaba, como tarea de los socialistas, organizar la lucha de clase del proletariado." Una Tendencia Retrógrada en la Social­democracia Rusa, 1899, en Lenin, Obras Completas, Editorial Progreso, Moscú, t. 4, pág. 260-261.

Los Bolcheviques señalaron que en el período infantil del movimiento marxista revolucionario en Rusia, el movimiento marxista estaba separado del movimiento de la clase obrera, y esto debilitó a ambos (véase cuadro). Desafortunadamente, el movimiento en los Estados Unidos ha estado en este período infantil por un tiempo relativamente largo. Se debe en gran medida a la traición del Partido Comunista (PC), cuyo abandono de la revolución socialista y la agitación por ella en la clase obrera nos dejó con un grupo minúsculo de obreros con una orientación socialista revolucionaria. Aquí la culpa principal pertenece al PC, porque históricamente tuvo serias raíces en la clase obrera (como se observará más adelante). Nuestros "socialistas" más militantes, particularmente el Partido Mundo Obrero (PMO), a pesar de algunos vínculos débiles a los obreros más activos, nunca ha hecho esfuerzo en serio para introducir la conciencia socialista a la clase obrera (como también se observará más adelante).

Un partido comunista genuino debe esforzarse por atraer a los sindicatos lo más cercano posible al partido. Esta era siempre la posición del Partido Socialdemócrata Rusa. Lenin señaló: "todo nuestro partido ha reconocido ahora que se debe trabajar dentro de los sindicatos no en el espíritu de la neutralidad de éstos, sino en el espíritu de un acercamiento lo más estrecho posible de los sindicatos al Partido Socialdemócrata. Se ha reconocido también que el carácter político de los sindicatos debe ser logrado exclusivamente por la labor de los socialdemócratas en el seno de los mismos, que los socialdemócratas deben formar células cohesionadas dentro de los sindicatos,..." (La Neutralidad de los Sindicatos, 1908, en Acerca de los Sindicatos, Editorial Progreso, Moscú, 1978, pág. 186-7; también en Obras Completas, t. 16.)

Aclaremos: de ninguna manera hablamos de alguna toma burocrática de posiciones de liderazgo por "comunistas." La única manera para atraer a los sindicatos al partido es ganándose la mayoría de los obreros activos al socialismo. El proyecto de resolución de los Bolcheviques sobre los sindicatos, publicado en 1907, aclaró esto: "El reconocimiento de los sindicatos como partidarios se debe lograr mediante la labor de propaganda y organización de la socialdemocracia en el seno de los sindicatos y la proclamación de este partidismo es conveniente sólo cuando una mayoría considerable de la militancia sindical se ha adherido firmemente a los socialdemócratas." (Véase Acerca de los Sindicatos, pág. 522, nota 91.)

Sin ganar a los sindicatos al liderazgo marxista-leninista, se mantendrán bajo la influencia burguesa. Si no hacemos esto, apoyamos a la dominación presente burguesa sobre los sindicatos y el movimiento de la clase obrera. Lenin señala: "Los intereses de clase de la burguesía dan origen inevitablemente al empeño de circunscribir los sindicatos a una menuda y estrecha actividad en el marco del régimen vigente, en alejarlos de todo vínculo con el socialismo, y la teoría de la neutralidad es la envoltura ideológica de este afán de la burguesía." (La Neutralidad de los Sindicatos, en Acerca de los Sindicatos, pág. 193-4.)

Hemos oído ya a nuestros oportunistas responder (aunque siempre prefieren no responder, pero ignorar) con argumentos que el apoyo de los sindicatos por un partido marxista-leninista "dividirá a los sindicatos." Primero, ganar miembros debe ir antes de cualquier declaración de apoyo, y como los Bolcheviques dijeron arriba, no es ventajoso declarar esto hasta que una "mayoría considerable" de los obreros hayan sido ganados. También, en cualquier organización de masas de obreros, especialmente en los sindicatos, no es nunca la intención de movilizar solamente a los obreros conscientes de clase para la acción. En una huelga, todos los obreros son movilizados, sean marxistas-leninistas o apoyen a los "socialistas" oportunistas o incluso apoyen al Partido Demócrata. Además, nadie dice que los actuales burócratas sindicales están "dividiendo los sindicatos" cuando apoyan al Partido Demócrata capitalista.

También debe señalarse que la cuestión de cual partido es el partido socialista genuino es una cuestión separada. Lenin trató con esto también, señalando: "determinar qué partido es realmente socialista y realmente un partido de la clase obrera en uno u otro país, en tal o cual nacionalidad, es cuestión aparte, que no será zanjada por resoluciones de congresos internacionales, sino por el curso de la lucha entre los partidos de las diversas nacionalidades." (La Neutralidad de los Sindicatos, en Acerca de los Sindicatos, pág. 193.)

Debemos estar claros de que la necesidad para ganar los sindicatos al Marxismo-Leninismo no descarta la necesidad de luchar por reformas que interesen a la clase obrera. Estas incluyen no sólo luchas por aumentos de los salarios y mejores condiciones de trabajo, sino también la lucha para organizar a los obreros no sindicalizados, por los derechos de los obreros inmigrantes, para organizar el Sur y el Suroeste (regiones de opresión de la nación Afro-Americana y la nación Chicana/Mexicana), etc. Pero para los Marxistas, esto no puede y no debe ser separado de la agitación general de nuestro programa completo de la revolución socialista y la dictadura del proletariado. Lenin también señala esto en el mismo artículo Acerca de la Neutralidad de los Sindicatos. "Se dice... que la neutralidad es precisa para unir a todos los obreros que llegan a comprender la necesidad de mejorar su situación material. Pero quienes dicen esto olvidan que la fase actual de desarrollo de las contradicciones de clase siembra inevitablemente 'discrepancias políticas' incluso en la cuestión relativa a cómo debe conseguirse este mejoramiento dentro de la sociedad contemporánea. La teoría de la neutralidad de los sindicatos, a diferencia de la teoría sobre la necesidad de una estrecha vinculación de los mismos con la socialdemocracia revolucionaria, conduce inevitablemente a preferir medios para lograr este mejoramiento que equivalen a amortiguar la lucha de clase del proletariado.... el neutralismo... presenta en primer plano la unión de los obreros para mejorar su situación, y no la unión para una lucha capaz de servir a la causa de la emancipación del proletariado." (Acerca de los Sindicatos, pág. 194-5.)

Ahora, sin un partido marxista-leninista genuino, nuestra tarea principal en el campo organizativo es ganar a los obreros avanzados y elementos revolucionarios de otros estratos para formar el núcleo de tal partido. (Discutiremos la cuestión de los obreros más avanzados con más detalle en una fecha posterior.) No es posible para grupos pequeños o individuos marxistas-leninistas ganar a los sindicatos sin una organización a escala nacional con raíces dentro de los más avanzados. Señalamos esto ahora para aclarar las tareas de un partido genuino sobre este punto.

El Papel Colaboracionista de Clase de los Burócratas Sindicales y su Soborno a través de las Súper-ganancias Imperialistas

No tenemos tampoco ningunas ilusiones de que la lucha por un liderazgo comunista genuino del movimiento sindical será fácil, especialmente en un país con una aristocracia laboral fuerte basada sobre el soborno por las súper-ganancias imperialistas. El imperialismo EE.UU. ha podido siempre sobornar a un estrato más alto de la clase obrera, la aristocracia laboral, a través de las súper-ganancias ganadas a través de la súper-explotación de los países dependientes afuera y de las naciones oprimidas aquí (la nación Afro-Americana en Cinturón Negro del Sur, la nación Chicana/Mexicana en el Suroeste, la colonia de Puerto Rico, etc.). Lenin señaló de este soborno en todos los países "avanzados." El dijo: "Es evidente que una superganancia tan gigantesca (ya que los capitalistas se apropian de ella, además de la que exprimen a los obreros de su 'propio' país) permite corromper a los dirigentes obreros y a la capa superior de la aristocracia obrera. Los capitalistas de los países 'avanzados' los corrompen, y lo hacen de mil maneras, directas e indirectas, abiertas y ocultas. Esta capa de obreros aburguesados o de 'aristocracia obrera', completamente pequeños burgueses en cuanto a su manera de vivir, por la cuantía de sus emolumentos y por toda su mentalidad, es el apoyo principal de la Segunda Internacional, y, hoy día, el principal apoyo social (no militar) de la burguesía. Pues éstos son los verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, los lugartenientes obreros de la clase capitalista, los verdaderos portadores del reformismo y del chovinismo. En la guerra civil entre el proletariado y la burguesía se ponen inevitablemente, en número no despreciable, al lado de la burguesía..." (El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975, pág. 9-10.)

En El Imperialismo y la Escisión del Socialismo, Lenin describe en más detalles los distintos sectores de esta aristocracia laboral durante la Primera Guerra Mundial: "los ministros obreros, los 'diputados obreros'..., los obreros que forman parte de los Comités de la Industria de Guerra, los funcionarios obreros, los obreros organizados en sindicatos de carácter estrechamente gremial, los empleados, etc., etc." (en Contra el Revisionismo, en Defensa del Marxismo, Editorial Progreso, Moscú, 1976, pág. 136-7.) La aristocracia laboral en los EE.UU. consiste de los burócratas sindicales y los obreros con los salarios más altos, y consistuye solamente cerca del 8% de la clase obrera, mientras los obreros consistuyen cerca del 63% de la población.(3)

Este soborno, y la influencia de la aristocracia laboral sobre la clase obrera completa, fue especialmente fuerte en las décadas después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los EE.UU. mantuvo el liderazgo sin disputa sobre el campo entero imperialista. Pudo proveer un estandarte razonable de vida para un sector significante de los obreros comunes (mayormente dentro de los obreros anglos), atrayéndolos políticamente bajo la influencia de la aristocracia laboral. En un sentido, esta situación fue similar a la del proletariado inglés cien años antes que Engels lo describió en una carta a Marx el 7 de Octubre del 1858: "El proletariado inglés se va aburguesando, de hecho, cada día más; así que esta nación, la más burguesa de todas, aspira a tener, en resumidas cuentas, al lado de la burguesía una aristocracia burguesa y un proletariado burgués. Naturalmente, por parte de una nación que explota al mundo entero, esto es, hasta cierto punto, lógico." (Citado de El Imperialismo y la Escisión del Socialismo, pág. 133.)

Esta situación comenzó a cambiar ya en la mitad de los años 1970, con la derrota del imperialismo EE.UU. por los pueblos heroicos de Indochina. Este tiempo también marcó el fin del aumento del nivel de vida de la clase obrera, la cual ha visto su salario real disminuir por más de 20% desde el 1973. Desde el derrumbe de la Unión Soviética revisionista en 1991 también se ha agudizado la rivalidad entre los tres bloques imperialistas: los Estados Unidos, la Comunidad Europea dirigida por Alemania, y el Japón. Cada cual esta tratando de intensificar la explotación de su "propia" clase obrera. Esto ha llevado a estallidos renovados de resistencia, como hemos notado en el comienzo de este número.

La Historia Revolucionaria de la Clase Obrera y su Traición Posterior por los Revisionistas

A pesar del control de la gran mayoría de los sindicatos por los burócratas burgueses desde la Segunda Guerra Mundial, la clase obrera EE.UU. tiene un historia revolucionaria. A comienzo de este siglo, el IWW (Obreros Industriales del Mundo), a pesar de su punto de vista sindicalista, atrajeron amplios sectores de la clase obrera y el movimiento sindical a la política revolucionaria. Después de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia en 1917, muchos de los mejores elementos de la IWW, incluyendo a Bill Haywood, William Z. Foster y Bill Dunne, fueron atraídos al Marxismo-Leninismo y se integraron al Partido Comunista. Durante los años 1930, el PC jugó un papel dirigente en organizar a la mayoría de los sindicatos industriales que formaron el CIO (Congreso de Organizaciones Industriales) (industria automotriz, acero, goma, etc.), en el proceso de atraer muchos obreros al Marxismo-Leninismo.(4) A final de los años 1960 y a comienzo de los 1970, algunos grupos en el movimiento revolucionario en desarrollo, especialmente dentro de las nacionalidades oprimidas, hicieron un esfuerzo para hacer trabajo revolucionario en los sindicatos. El más importante de esto fue el trabajo hecho por la Liga de los Obreros Negros Revolucionarios y los Movimientos de Uniones Revolucionarias que los precedieron, pero también por la Organización Obrera Revolucionaria Puertorriqueña por un tiempo, y otros, incluyendo elementos del Partido Pantera Negra quienes no apoyaron la línea de que los lúmpenes son la vanguardia.

Bajo el liderazgo de Browder durante el fin de los años de 1930, el PC, en una aplicación incorrecta del frente unido contra el fascismo, liquidó su trabajo independiente en los sindicatos, disolvió sus núcleos industriales y entregó su liderazgo sindical a los burócratas más militantes tales como John L. Lewis. Después de la Segunda Guerra Mundial, el PC se reconstituyó como un partido del "Browderismo sin Browder," como se dijo las primeras fuerzas anti-revisionistas que habían sido expulsadas del PC, tal como Bill Dunne.(5) La principal línea política del PC se sumarizó por el slogan de "Revivir la Coalición Roosevelt." Defender esta política y tratar de aplacar a los burócratas sindicales más militantes, el PC incluso votó por una resolución anti-comunista presentada en el comienzo del período de McCarthy por Philip Murray, el dirigente del CIO. La resolución decía que ni el PC ni cualquier otro partido podría organizar en los sindicatos. Por cierto, esto nunca paró al Partido Demócrata (o incluso al Partido Republicano) de organizar en los sindicatos a través de los burócratas. Desde ese tiempo, el liderazgo sindical ha estado completamente bajo el control de la burguesía.

Aunque el PC mantuvo control sobre algunos sindicatos "independientes" que fueron expulsados del CIO durante el período de represión de McCarthy, su liderazgo más y más degeneró hasta que apenas se distinguía de los burócratas sindicales ordinarios. El papel principal del PC en los sindicatos, como en la sociedad entera, ha sido promover apoyo del Partido Demócrata capitalista y de "empujar al liderazgo sindical a la izquierda."

PMO Sigue a la Cola de los Burócratas Militantes

Como en otras áreas, el Partido Mundo Obrero (PMO) actúa en los sindicatos simplemente como una versión más militante del PC. En actividades de masas hacen alianzas con algunos de los burócratas sindicales más militantes (tales como Jim Butler, el dirigente del Local 420 de los obreros de mantenimiento en los hospitales de la ciudad en el DC37). En concentraciones conjuntas con estos burócratas más militantes, ellos generalmente se abstienen incluso de agitar por su variedad pequeña-burguesa del socialismo. Y en huelgas donde fuerzas cercanas a ellos tenían un papel en el liderazgo (como en la zona de Nueva York durante la huelga de Greyhound de 1990), estuvieron principalmente interesados en coaliciones con otros burócratas en vez de organizar a los obreros a resistir las leyes burgueses y los mandatos (a través de bloquear a los esquiroles, etc.) la cual hubiera sido la forma única de dirigir las huelgas a la victoria.

El nuevo espíritu militante entre los obreros llevó a la AFL-CIO a reemplazar al viejo, conservador, y ya descubierto, liderazgo colaboracionista de clase de Lane Kirkland y otros, con un nuevo, más militante grupo de burócratas dirigido por John Sweeney. Estos burócratas han sido forzados a llevar a cabo nuevas tácticas, tales como organizar a unos obreros no sindicalizados y promesas de apoyo financiero a obreros en huelga, como Sweeney hizo durante la huelga de UPS. Esto hace más fácil a los obreros mantener sus luchas.

Pero no debemos tener ilusiones que estos nuevos burócratas son cualitativamente diferentes de los viejos. Ellos se mantienen atados al Partido Demócrata y al gobierno. El Presidente Clinton, el Vice-Presidente Gore y muchos otros Demócratas destacados hablaron en la convención de la AFL-CIO en septiembre. Y en todas las huelgas se han opuesto a los piquetes de masas para paralizar las plantas y cerrarle el paso a los rompe-huelgas. En la huelga de los trabajadores de las prensas en Detroit, Ron Carey, el dirigente de los Tronquistas, uno de los sindicatos en huelga, rehusó hacer llamado de masas para bloquear a las plantas. Los burócratas incluso tardaron en hacer un llamamiento a la marcha laboral nacional la cual movilizó 100,000 obreros, la más grande marcha laboral en décadas. Sólo se llamó a la marcha después que la huelga "se negoció" e incluso sólo bajo presión de obreros militantes en el país y en el exterior. Carey ni siquiera hizo objeción a la continua interferencia gubernamental en los asuntos del sindicato tronquista, aunque después fue castigado por la victoria de la huelga de la UPS, forzándole a llamar a nuevas elecciones sindicales. El grupo Sweeney no es diferente en sustancia, no sólo porque tenga miedo enfrentar a los patronos, sino porque está atado al capitalismo, ellos son parte de la aristocracia laboral, sobornados por las súper-ganancias imperialistas.

El PMO es ciertamente conocedor de la posición de estos burócratas e incluso hacen alguna crítica pequeña de su apoyo al Partido Demócrata. No obstante, son efusivos en el elogio de ellos. Por ejemplo, evaluando la convención de la AFL-CIO, ellos dijeron: "El Presidente John Sweeney, el Secretario-Tesorero Richard Trunca, la Vice-Presidente Ejecutivo Linda Chávez-Thompson y otros líderes pusieron un tono desafiante y combativo. Ellos prometieron mantener construyendo la nueva ofensiva laboral." (Mundo Obrero, 9 de Octubre, 1997, pág. 6.)

No tengamos duda que el PMO ve a este nuevo tipo de burócratas como "progresistas," y que alegadamente puede hacer avanzar a la clase obrera hacia adelante. En el artículo delantero de Mundo Obrero del 11 de Septiembre del 1997, titulado (Organizar! por Larry Holmes y Shelley Ettinger, ellos dicen: "Y sí todavía quedan 'lideres' quienes son profundamente conservadores, y que están tan confortables con la clase de patrones y tan atados al status quo que son un obstáculo a este nuevo movimiento, entonces se deben echar a un lado. El resto del liderazgo solo tiene que empujársele un poco." ¿Piensa el PMO seriamente que Sweeney y otros han dejado de ser "el principal apoyo social (no militar) de la burguesía... los lugartenientes obreros de la clase capitalista, los verdaderos portadores del reformismo y del chovinismo," como Lenin correctamente los caracterizó (citado arriba)?

La percepción del PMO hacia estos burócratas está basada sobre el hecho de que el PMO centra su propia actividad en la "lucha defensiva," una lucha por mejoras dentro de las condiciones del capitalismo. Esto es lo que les permite elogiar y unirse con estos burócratas militantes quienes pretenden llevar a cabo esta lucha. Por eso, ellos citan el discurso de Sweeney en la apertura de la convención de la AFL-CIO: "Hermanos y hermanas, estamos organizando y tenemos una voz -- hagámosla que se oiga para buenos trabajos y un salario suficiente para vivir... por viviendas y un servicio de salud, educación, y una jubilación segura para todos, por los derechos civiles y la acción afirmativa y el derecho a organizar." (2 de Octubre del 1997, pág. 1 y 5.) Pero esto pudo ser de cualquier discurso del Partido Mundo Obrero hablando de la "lucha defensiva," por "dinero para trabajos," etc.

Lenin, contrario a los puntos de vista del PMO, señaló la necesidad por un rompimiento completo con la aristocracia laboral, la cual incluye hasta a los burócratas más militantes. El dijo: "La ligazón indisoluble con la masa de obreros, la capacidad de hacer agitación constante entre ella, de participar en cada huelga y de hacerse eco de todas las demandas de las masas son primordiales para el Partido Comunista, especialmente en un país como Inglaterra, en el que hasta ahora (como, por cierto, en todos los países imperialistas) han participado en el movimiento socialista y, en general, en el movimiento obrero primordialmente pequeños sectores encumbrados de obreros, representantes de la aristocracia obrera, en su mayor parte corrompidos hasta los huesos e irremisiblemente por el reformismo, prisioneros de los prejuicios burgueses e imperialistas. Sin luchar contra esos sectores, sin acabar con todo su prestigio entre los obreros, sin convencer a las masas de la completa corrupción burguesa de esos sectores, no puede ni hablarse de un movimiento comunista obrero serio. Esto atañe tanto a Inglaterra como a Francia, Norteamérica y Alemania." (Carta a Silvia Pankhurst, en Lenin, Obras Completas, Editorial Progreso, Moscú, t. 39, pág. 171-172, nuestro énfasis.)

Por cierto, el PMO no puede completamente ignorar la lucha por el socialismo. Pero la relega casi a una ocurrencia tardía, y ciertamente no algo que interrumpiría su elogio de los burócratas, quienes están casados con los capitalistas. En el artículo titulado ¡Organizar! al cual nos referimos arriba, hay una sección al final encabezada: "Debe existir una lucha contra el capitalismo y por el socialismo," la cual dice, por ejemplo, que "si los capitalistas no pueden proveer las necesidades -- si las necesidades de los obreros entran en conflicto con el sistema -- entonces el sistema capitalista tiene que desaparecer." Ellos hacen un llamado de educar a los obreros para esto. Pero educar a los obreros sobre la necesidad por el socialismo no se puede hacer sin poner al descubierto completamente el papel de la burocracia sindical.

No hay duda que el PMO lucha militantemente sobre las cuestiones inmediatas: organizar a los obreros que trabajan por un estipendio de asistencia pública ("workfare"), su oposición a la invasión de Irak por los EE.UU., etc. También hay miembros del PMO quienes verdaderamente quieren luchar contra los capitalistas, sin ser limitadas por la legalidad burguesa. Sin embargo, la característica del PMO es la de un partido del socialismo pequeño-burgués. Ellos constantemente relegan la lucha por el socialismo, por la dictadura del proletariado, a una lucha defensiva, por reformas dentro del sistema capitalista. Como hemos visto, no tienen entendimiento de, y de hecho se oponen a, la política marxista-leninista contra la neutralidad sindical.

Lenin demostró la conexión entre la lucha contra el oportunismo y la lucha por el socialismo. El dijo: "si queremos seguir siendo socialistas, nuestro deber es ir más abajo y más a lo hondo, a las verdaderas masas: en ello está el sentido de la lucha contra el oportunismo y todo el contenido de esta lucha. Poniendo al descubierto que los oportunistas y los socialchovinistas traicionan y venden de hecho los intereses de las masas, que defienden privilegios pasajeros de una minoría obrera, que extienden ideas e influencias burguesas, que, en realidad, son aliados y agentes de la burguesía, de este modo enseñamos a las masas a comprender cuáles son sus verdaderos intereses políticos, a luchar por el socialismo y por la revolución, a través de todas las largas y penosas peripecias de las guerras imperialistas y de los armisticios imperialistas." (El Imperialismo y la Escisión del Socialismo, pág. 141.)


Notas:

1) ¿Que Hacer?, Cap. II, Sección C, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975, pág. 68. El partido marxista en Rusia, como en otros países, se llamaba social­demócrata hasta la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Octubre del 1917, cuando el liderazgo oportunista de la Segunda Internacional apoyó la guerra imperialista mundial y se unió en los ataques contra la Revolución Rusa. Los Marxistas genuinos rompieron con estos oportunistas y formaron partidos comunistas nuevos, los cuales se unieron en la Tercera, Internacional Comunista (Comintern).

2) Ibíd., Cap. II, Sec. A y Sec. B, pág. 39 y 52.

3) Véase Workers' Herald, t. 4, no. 2, Octubre, 1983, sobre "Las Clases Sociales en los Estados Unidos," disponible (solamente en inglés) de Organizadora Marxista-Leninista por $3.00 U.S. Este es aún el mejor trabajo sobre este tema, aunque necesita ser actualizado para insertar los cambios en las clases en los años recientes.

4) Aunque no hemos estudiado completamente la historia de este período, y aquí no podemos entrar en detalles sobre esta cuestión, parece que el PC, mientras que hizo su mejor y más activo trabajo en los sindicatos en este período, tuvo una tendencia hacia el economismo, disminuyendo sus tareas políticas mientras que concentraban en un simple trabajo organizativo sindical.

5) Véase Organizadora Marxista-Leninista, t. 1, no. 2, "William F. Dunne y su Lucha contra el Revisionismo en el PCEUA" (disponible solamente en inglés).

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